Ambos viñedos disfrutan de días cálidos y soleados y noches frías, lo que permite una perfecta madurez y equilibrio.
De color amarillo dorado intenso con ligeros reflejos verdosos, la nariz es compleja y elegante, mostrando aromas de frutas tropicales maduras de Viña La Pirámide, como piña y melocotón, mezcladas con cítricos frescos y mineralidad de Viña Domingo. En boca es dulce y untuoso, lleno de fruta madura. Final largo y persistente con acidez fresca y crujiente.